Por: Manuel Sámano.
Es muy común que en México se cometa el error de confundir una temporada deportiva con un torneo, sobre todo en el futbol, así que vamos a aclararlo.
En primer lugar la temporada deportiva es un ciclo, un año futbolístico.
En algunos países como Estados Unidos, en el norte de Europa y Asia, abarca el año calendario, empezando en los primeros meses y terminando antes del invierno.
Sin embargo, en la mayoría de las ligas occidentales se maneja el año combinado, es decir empiezan desde julio, agosto o septiembre y terminan en mayo o junio. Por se habla de "la temporada 2012-13, 2013-14" y así sucesivamente. En ese lapso se juegan torneos de liga, copas nacionales y competencias internacionales.
En México siempre se ha usado ese sistema, lo mismo que en Argentina y otros países del continente americano, solo que divididos en 2 torneos cortos para completar la temporada.
¿Qué es un torneo? Es una competencia que forma parte de esa temporada, no un sinónimo ni un equivalente. Es una pifia decir que el América empezó muy bien la temporada, refiriéndose al Clausura 2013 exclusivamente, porque entonces deberíamos tomar en cuenta desde julio del año pasado.
Entonces estamos hablando del Apertura 2012 y Clausura 2013 como parte de la Temporada 2012-13 de la Liga MX, es decir la primera división mexicana. Hasta los nombres de los torneos lo explican por sí mismos. Apertura de.... temporada, Clausura de... temporada. ¿Hace falta ser más claros al respecto?
Cuando se toca el tema de la preparación física y táctica de un equipo, es decir la famosa pretemporada, se debería de referir solo al inicio del ciclo, es decir en el verano de cada año, antes de empezar el Apertura y no el Clausura. ¿O acaso el Bayern Munchen realiza pretemporada en enero cuando la Bundesliga tiene un receso a la mitad de temporada? Por lo tanto la preparación de los equipos mexicanos rumbo al torneo de Clausura no son pretemporada, simplemente son eso, una preparación, retomar los entrenamientos o viajar a cualquier playa o montaña para acondicionarse adecuadamente a la mitad de la temporada, como inicio del segundo torneo de la misma.
Todo estos enredos y confusiones se evitarían si el fútbol mexicano borrara del mapa los torneos cortos de liga y de copa, que lo único que hacen es fomentar la mediocridad, disminuir el interés en la fase regular de la competencia y provocar un número incontrolable de cambio de entrenadores y jugadores.
Así que ya lo saben, no es lo mismo un torneo que una temporada.
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