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domingo, 24 de octubre de 2010

Tres ejemplos de excelencia deportiva


Por: Manuel Sámano




La jornada deportiva dominical nos brindó tres claros ejemplos de lo que el hambre de triunfo provoca en un jugador y en un equipo para que se lance con todo por la victoria, y que la delgada línea que existe entre “lo intenté” y “lo logré”, separa a los buenos de los mejores en el deporte.

Javier “Chicharito” Hernández, el PSV Eindhoven y los New England Patriots  demostraron que no basta dar el mejor esfuerzo; para triunfar se tiene que hacer lo que sea necesario, obviamente dentro de las reglas.
Lo único que importa es el gol.

Corrían poco más de 26 minutos del juego entre el Manchester United y el Stoke City en el Britannia Stadium. La fecha 9 de la Liga Premier de Inglaterra representaba la oportunidad para que los Red Devils, único invicto hasta ese momento, despertaran por fin de su “empatitis” (llevaban marca de 3 ganados y 5 empates) para ganar como visitantes y seguir la estela del líder Chelsea. Tras las distracciones del nuevo contrato de Wayne Rooney,  el mexicano Javier Hernández, que salió como titular, dio un cabezazo “de reversa” impresionante con la nuca dentro del área del Stoke para conseguir el 1-0 para el United. Un auténtico gol de antología, pocas veces visto e imaginado. No lo digo sólo por su nacionalidad porque aquí se trata de decir las cosas objetivamente y lo que el “Chicharito” hizo tiene mucho mérito: él sabía que el balón en el centro le había quedado retrasada pero su deseo de triunfar, de meter gol, le hizo decidir en fracciones de segundo que rematando con la cabeza hacia atrás podía lograrlo. Y lo consiguió. 



Ese gol ejemplifica a la perfección lo que puede ser el ex jugador del Guadalajara en Europa, un jugador clave e importante para el equipo de Sir Alex Ferguson. Además lo separa de otros mexicanos como Giovani Dos Santos o Carlos Vela que viven más de la fama del campeonato mundial sub-17 de hace cinco años que del presente, donde por cierto no han demostrado nada parecido a lo hecho por el “Chicharito”.

Regresando al Britannia Stadium, para Javier Hernández no importó el golazo del turco Tuncay Sanli para empatar el partido a 10 minutos del final. Él sabía que bastaba una sola acción donde estuviera en el lugar y momento adecuados para lanzar el balón nuevamente a la red. Al minuto 86, el esférico rematado por Patrice Evra, le cayó en el área chica al 14 del Man-U que con la frialdad de un centro delantero de calidad no perdonó, metió su primer doblete de la temporada y provocó que se desatara la locura. Incluso un aficionado invadió el terreno de juego, algo poco usual en la English Premier League e intentó abrazar al mexicano. 

Ante tanta mediocridad en el fútbol mexicano, da gusto ver a alguien diferente que comienza a escribir su propia historia, dejando de lado los pretextos, las distracciones y marcando diferencia en uno de los clubes más grandes del planeta.  Una tarea nada fácil pero que Javier “Chícharo” Hernández está cumpliendo de forma más que aceptable, haciendo más amplio el visto bueno  que ya tienen la prensa y la afición inglesa de él, y de paso callando algunas críticas exageradas de algunos portales de internet.  


El respeto hacia el rival



Hay personas que piensan que en el deporte el respeto al rival significa dejar de atacarlo cuando el partido se encuentra ya decidido. Eso para mí es completamente falso y carente de sentido.
El respeto hacia el rival y hacia la afición que paga por ver el encuentro, significa dar el máximo rendimiento todo el tiempo que se pueda. Eso hizo el PSV Eindhoven contra el Feyenoord en uno de los partidos clásicos del fútbol holandés que sorpresivamente terminó con una goleada histórica: 10-0, así es, diez goles contra cero. 

Una humillación que los de Rotterdam no olvidarán nunca y que el PSV supo aprovechar ya que pocas veces se presenta la oportunidad de lograr una goliza así y más a un rival de la trayectoria del Feyenoord.
Por difícil que parezca, el partido empezó equilibrado en el Phillips Stadion,  hasta que el capitán de los visitantes Leroy Fer salió lesionado al minuto 15.  El PSV entonces tomó mayor posesión del balón consiguiendo el primer tanto al 24 a través de Jonathan Reis. Pero antes de terminar la primera parte expulsarían a Kelvin Leerdam del Feyenoord por doble amarilla y vendría un autogol de Rolando Martins para el 2-0. 

De nuevo llegaría un momento importante: el medio tiempo pudo provocar que Fred Rutten y sus jugadores se organizaran para llevar las cosas con calma, con un hombre más, administrar el esfuerzo, replegarse atrás jugando al contragolpe y ganar fácilmente tres o cuatro a cero.  Pero no lo hicieron, ya que seguramente entendieron que estaban ante una oportunidad dorada para trascender, logrando algo que pocas veces puede darse en el fútbol actual.

Por lo tanto, el PSV siguió atacando; uno a uno caerían los ocho goles restantes en la segunda mitad a través de futbolistas sedientos de triunfo como el húngaro Balazs Dzsuzsak, el sueco Ola Toivonen, los holandeses Jermain Lens y Orlando Engelaar, comandados por Ibrahim Afellay , le metieron 10-0 a uno de sus más odiados rivales. Lo humillaron, pero al mismo tiempo lo honraron, lo respetaron y lo hicieron sentirse importante. 

¿A qué me refiero con esto? 
Simple y sencillo, cuando tú dejas de dar tu máximo esfuerzo ante un rival significa que lo minimizas al bajar tu esfuerzo, demostrando implícitamente que es incapaz de levantarse de un marcador adverso que muchas veces es de uno o dos goles.  Por el contrario cuando sigues atacándolo lo dignificas más porque das a entender que no le tienes lástima. Finalmente la afición para su boleto o prende la televisión para ver a ambos equipos jugar al máximo todo el partido.  Por estas razones, es muy bueno lo que hizo el PSV ya que escribió una página más de su brillante historia, donde por cierto el mexicano Francisco “Maza” Rodríguez participó al entrar de cambio al minuto 66.

Ahora, del otro lado de la moneda y aunque puede tomarse como un accidente del fútbol, tanto el entrenador del Feyenoord como sus jugadores merecen una severa llamada de atención por parte de la directiva ya que permitieron que se diera uno de los peores resultados en la historia de este importante club holandés. Si a eso le sumamos que el primer campeón holandés de la Copa de Europa (1969), está rozando los puestos de descenso, llegaremos a la conclusión de que se necesita un cambio radical en el cuadro de Rotterdam para salvar la temporada.

Mientras tanto el PSV es líder de la Eredivisie de Holanda merecidamente porque demostró ser un equipo donde el conformismo brilla por su ausencia y el hambre de victoria es su motivación.


Atacar antes que defender





El tercer ejemplo es muy interesante.
En la semana 7 de la NFL, los New England Patriots en uno de sus peores partidos de la década, iban ganando por 3 puntos gracias a los errores de los Chargers que supieron capitalizar (intercambios de balón, penalizaciones). Los Pats tenían el balón cerca de la yarda 50 con menos de dos minutos en el reloj de juego.  Estaban en un ambiente hostil, como debe de ser el Qualcomm Stadium de San Diego contra uno de los rivales más fuertes de los Chargers en la Conferencia Americana. Era 4ta. Oportunidad y 1 yarda por avanzar. Si conseguían el primero y diez, el juego se acababa, pero si fallaban le daban una oportunidad más a la poderosa ofensiva comandada por Phillip Rivers para empatar el juego e incluso darle la vuelta.  Había otra opción, que Bill Belichick ordenara la patada de despeje y le diera la responsabilidad a su defensiva, que es el punto más débil de Nueva Inglaterra. Sin embargo ése no es el estilo de un triunfador como el “Monje” que ordenó a Tom Brady y compañía ir por esa yarda para ganar el partido. Atacar antes que defender, tomar la iniciativa. Los fantasmas del partido de la temporada pasada contra los Indianapolis Colts parecían rondar California. 

Recordemos que en ese duelo del 2009, Belichick ordenó a su ofensiva jugársela en 4ta y 2, para acabarse el reloj de juego antes que despejar.  El pase de Brady al ahora lesionado Kevin Faulk se quedó a sólo unas pulgadas de la marca del primero y diez, los Colts recuperaron el ovoide y ganaron el encuentro. Las críticas no se hicieron esperar contra el “arrogante” (yo lo calificaría como triunfador) entrenador en jefe de New England.  

En esta ocasión en San Diego, Brady no lanzó un pase, fue una corrida con Ben Jarvus Green Ellis, quien fue detenido detrás de la línea de golpeo. Los Chargers festejaron porque tenían todo a su favor: el balón, el tiempo, la distancia y el momento psicológico. Comenzaron a comer yardas, avanzando tal como lo hicieron en el último cuarto en el que anotaron 2 TD’s con el heróico Antonio Gates a la cabeza. Pero justo cuando se acercaban a la distancia para un hipotético gol de campo, San Diego se enfrentó a una 4ta. oportunidad y 2 yardas por avanzar. Quedaban 27 segundo y Norv Turner decidió mandar al recién llegado Kris Brown a buscar un gol de campo de 45 yardas, en lugar de buscar las 2 yardas faltantes para el primero y diez (que seguramente la ofensiva habría conseguido con el ritmo que llevaba), para comerse el reloj de juego y lograr una anotación de 6 puntos. Ése tipo de decisiones es lo que separa a los Patriots de los demás. El punto es que hubo un castigo por salida en falso de la ofensiva, los echaron 5 yardas para atrás y ahora el gol de campo sería de 50 yardas para empatar el partido.  Es decir, los Chargers no querían ganar, se fueron por lo fácil a empatar y buscar parar a Brady en los últimos segundos. 

Tal parece que el destino en ocasiones como ésta, premia al que más ambición de ganar tiene ya que San Diego falló el gol de campo, que por cierto pegó en el poste derecho y Nueva Inglaterra recuperó el balón y ganó el partido 23-20. Algunos dirán que a pesar de la decisión de Belichick de jugársela en 4ta. oportunidad, pero estoy seguro que en realidad gracias a ese deseo de triunfar, los Pats están ahora con récord de 5-1 y los Chargers van directo al abismo con una ridícula marca de 2-5,  porque a pesar de ser un gran equipo, su mentalidad en ocasiones como conjunto no da para más. 

El hecho de ir por la victoria decididamente como lo hicieron Javier “Chicharito” Hernández,  el PSV Eindhoven y los New England Patriots, los convirtió el fin de semana pasado en ejemplos de excelencia deportiva.

Ojalá el clásico del fútbol mexicano entre el América y el Guadalajara que se jugó el mismo día, tuviera al menos un poco de ella para que saliera de la mediocridad, ya que en términos generales el partido en el Azteca fue simplemente decepcionante.






1 comentario:

  1. me agradaron mucho tus ejemplos realmente representan mucho de lo que un deportista de alta rendimiento tendria que tener para ser conciderado profesional saludos joel

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