Por Manuel Sámano
Josep Guardiola perdió su primer trofeo oficial como entrenador del Bayern München... en su primer partido oficial dirigido.
El equipo bávaro perdió 4-2 la Supercopa de Alemania contra el Borussia Dortmund, algo que en circunstancias normales no debería parecer raro. Ambos conjuntos han dominado el futbol alemán en los últimos años.
El problema es el pasado reciente del Bayern, específicamente la temporada pasada, un fantasma que perseguirá desde este momento al equipo.
La perfección en el balompié no existe, pero en la campaña 2012-13 el conjunto muniqués fue lo más parecido que recuerdo a ese calificativo. Ganó todo lo que disputó y no estaba Josep Guardiola al frente, sino un viejo lobo de mar: Jupp Heynckes.
Bundesliga, Copa y Champions se fueron directo a las vitrinas de Munich con un juego sumamente ofensivo, atractivo, pero sobre todo vertical. A diferencia del Barcelona de Guardiola que empleaba un sistema de juego de muchos toques, paciencia y más toques a lo ancho del campo que hacia el frente.
No pretendo ser entrenador, pero por lógica si llegas a un equipo perfecto o muy cerca de serlo, lo menos que debes hacer es modificarlo sustancialmente. Guardiola no lo ha hecho hasta el momento, pero ha implementado algunos movimientos tanto en el cuadro inicial como en el sistema de juego que desde mi punto de vista no debió realizar.
¿Por qué colocar a Thiago Alcántara como titular por encima de jugadores de la talla de Bastian Schweinsteiger o Luiz Gustavo? Las características de cada uno son distintas, pero creo que el español tiene en mente meter a su compatriota en el 11 del Bayern, establecerlo como pieza clave de su equipo desde ahora.
Ese tipo de cosas pueden llevar a la debacle su proceso en Alemania porque además Alcántara ni siquiera era titular en el Barcelona como para pensar que de buenas a primeras merece serlo por decreto en el campeón de Europa.
Lo más sensato sería dejar los mismos titulares, las mismas jerarquías, el mismo sistema de juego y poco a poco ir mejorando o puliendo algunas cuestiones. Pero con el paso del tiempo, no aventurarte a hacerlo en la Supercopa.
Pero el tiempo dirá si Guardiola tenía razón.
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